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El uso generalizado de moratorias de la deuda en respuesta a las emergencias sanitarias y económicas de COVID-19 ha logrado estabilizar los sistemas financieros y proporcionar a los prestatarios de todo el mundo un alivio inmediato, aunque temporal. Los reguladores financieros de al menos 115 países emitieron en marzo y abril de 2020 un permiso especial para que los proveedores de servicios financieros (FSP) concedieran moratorias y otras reestructuraciones de la deuda, lo que desencadenó un esfuerzo extraordinario para reprocesar millones y millones de préstamos. En muchos países, esa reestructuración afectó a partes importantes de sus carteras de préstamos y, en algunos países, los esfuerzos se centraron en los préstamos a pequeñas empresas y prestatarios de bajos ingresos. A medida que las tasas de pobreza y la inseguridad alimentaria aumentaron en todo el mundo, las moratorias han ayudado a millones de personas, especialmente las más vulnerables, a administrar mejor sus recursos cada vez más reducidos.
En el presente informe se examina la forma en que se han aplicado las moratorias de la deuda en tres países -la India, el Perú y Uganda- para comprender mejor las repercusiones que han tenido en los consumidores, especialmente en los prestatarios de bajos ingresos, y las compensaciones que han hecho los reguladores y los proveedores de servicios financieros entre el logro de la estabilidad financiera y la satisfacción de las necesidades de los consumidores.
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